La economía circular es una estrategia económica y productiva cuyo objetivo es la reducción al máximo posible el uso de materias primas en los procesos de producción y con ello minimizar la generación de residuos no reciclables. Se trata, en definitiva, de un sistema de aprovechamiento de los recursos cuyo pilar básico es el conocido como las cuatro ‘R’: reducir, reutilizar, reparar y reciclar.
En otras palabras, la economía circular pretende superar el modelo productivo tradicional, basado en el uso de grandes cantidades de recursos, por una alternativa viable y eficiente que logre minimizar el impacto medioambiental. Con este modelo de gestión de los recursos y los residuos, la economía circular establece un ciclo circular para evitar el despilfarro de recursos que se sucede en la industria productiva. Con ello, este modelo económico otorga una relevancia cada vez mayor al beneficio social y medioambiental en busca de la sostenibilidad.
Para ayudar a paliar los efectos del cambio climático, el papel del reciclaje en el modelo de la economía circular es sumamente importante. Gracias a los procesos de reciclaje, el anterior modelo lineal deja paso a un círculo sin fin basado en producir, usar y reciclar. Aquellos residuos recuperados con el reciclaje son reintroducidos en el propio sistema de producción, potenciando un desarrollo económico más equilibrado, sostenible y compatible con el cuidado del medio ambiente.